Elaboración propia @japeraltag

Muchos consideran que la creatividad es el factor más relevante en el proceso de innovación. Incluso en el ámbito académico, a menudo se los ve como conceptos interconectados, inseparables o bien como sinónimos. Sin embargo, algunos de nosotros creemos que la innovación es un proceso complejo que se fundamenta en la generación de valor, independientemente de si se añade creatividad o no. Sin duda la creatividad ofrece una gran fuente para la generación de alternativas pero solamente será innovación si lo creativo que genera valor, sino será simplemente creativo…

La innovación no siempre es divertida ni lúdica, ni tiene que ver exclusivamente con post-its de colores pegados en paredes en dinámicas de lluvia de ideas. La innovación es un proceso exigente de validación de hipótesis en el que la experimentación nos lleva dos pasos adelante y uno atrás.

En algunos ambientes empresariales, la innovación se confunde con ese maquillaje corporativo que busca comunicar que se esta generando un proceso de cambio, pero se corre el riesgo de que el cambio no sea real sino solo un maquillaje que aparenta un cambio sin buscarlo en realidad por el esfuerzo y riesgo que implica.

La importancia de la creatividad en el proceso innovador.

Para muchas personas, los procesos creativos, las lluvias de ideas, los frameworks, los lienzos y los marcadores de colores, junto con la generación de ideas por parte de visionarios que saben poco de la ortodoxia de los números, son fundamentales para generar ideas grandiosas.

La realidad es que las empresas suelen estar llenas de ideas y personajes creativos que desarrollan soluciones brillantes, pero que a veces no resuelven problemas relevantes ni de los clientes ni de la organización. En las organizaciones, no escasean las ideas, sino más bien un proceso claro para convertirlas en negocios que sean rentables.

La generación de valor como esencia de la innovación.

Las grandes ideas necesitan materializarse en productos y servicios que resuelvan los desafíos de los clientes, aquellos por los que están dispuestos a pagar. O bien, que resuelven retos internos de la organización que permitirán incrementar las capacidades, mejorar la calidad, mejorar los tiempos de entrega u obtener mejores costos que redundarán en mayores márgenes.

Para lograrlo, se requiere una propuesta de valor respaldada por un modelo de negocio validado y rentable. En consecuencia, la esencia de la innovación radica en la generación de valor, más allá de lo creativo que haya sido el proceso. La innovación exitosa combina ideas creativas con un modelo de negocio sólido y validado. La creatividad en sí misma aporta solamente un ingrediente valioso pero que en sí mismo no genera valor sino alternativas para que se conviertan en valor a través de un modelo de negocio.

El papel de la experimentación y la validación en la innovación.

Los procesos de ideación son solalmente el punto de partida, ya que las hipótesis y las ideas deben ser sometidas a pruebas en el mundo real. Esas ideas son hipótesis que resuelven retos de la organización o retos no atendidos de los clientes.

Se requiere un enfoque acumulativo-experimental basado en evidencias para construir una propuesta paso a paso, documentando las hipótesis validadas y aquellas que no resistieron el enfrentamiento con la realidad. Esto implica involucrar a clientes reales, obtener retroalimentación temprana y ajustar la propuesta según los resultados obtenidos. La experimentación acumulativa nos permite alinear nuestra propuesta con las necesidades del mercado.

Equilibrio entre el presente y el futuro en la innovación empresarial.

Las empresas que logran construir su futuro y, al mismo tiempo, maximizar su rentabilidad en el presente, encuentran un equilibrio entre los esfuerzos destinados a ambos aspectos. El equilibrio entre el presente y el futuro, así como entre la ejecución y la exploración, son elementos cruciales que las organizaciones deben manejar para asegurar su liderazgo en la preferencia de los clientes.

Nada es para siempre, tampoco el éxito. Por esta razón, cuando las organizaciones tienen largos periodos de éxito suelen desarrollar anticuerpos para el cambio y dejan de construir competencias para desarrollar nuevas propuestas que los mantengan cerca de sus clientes. Prefieren repetir el éxito del pasado que adentrarse en el riesgo de las propuestas para el futuro.

Superando los obstáculos en el camino hacia la innovación.

La innovación se ha convertido en un aspecto fundamental para las empresas, ya que reconocen la necesidad de actualizar constantemente su propuesta para mantenerse en la mente de los clientes y generar valor para todas las partes involucradas. Sin embargo, pasar de los buenos deseos a la acción requiere más que buenas intenciones. Se necesita tiempo, presupuesto y un proceso guiado por metodologías y competencias que permitan avanzar en situaciones de incertidumbre.

La importancia de la gestión y la diversificación del riesgo.

Ninguna empresa desea invertir en proyectos fallidos, pero para lograr resultados diferentes se requiere un proceso claro, metodologías adecuadas y métricas que reduzcan el riesgo y la incertidumbre. Por esta razón, es conveniente que las empresas inviertan y hagan seguimiento a un portafolio de proyectos que permita diversificar el riesgo y abordar los distintos desafíos de la organización.

Los casos de éxito pueden cubrir el gasto de los proyectos que no resultaron exitosos, construyendo un sistema de gestión que permite retrasar las inversiones hasta que los proyectos validen sus hipótesis, aumentando así sus posibilidades de éxito.

En conclusión, si bien la creatividad desempeña un papel importante en la generación de ideas, la verdadera innovación se centra en la generación de valor tangible para los clientes. Al combinar la creatividad con un enfoque riguroso de experimentación, validación y gestión empresarial, las organizaciones pueden lograr resultados innovadores y sostenibles.

La innovación requiere métodos, gestión, métricas y recursos adecuados para brindar los resultados esperados. No hay lugar para la improvisación; se necesita conocimiento y experiencia para obtener resultados. De lo contrario, existe el riesgo de caer en el teatro de la innovación que busca comunicar una narrativa de éxito y cambio que no siempre corresponde con la realidad.

Jorge Peralta

@japeraltag

www.idearialab.com

@idearialab